jueves, 12 de abril de 2012

AL BORDE DEL ABISMO


Hablar de Al borde del abismo es hablar de cine de videoclub de los noventa con Casper van Dien, es hablar de esas carátulas mugrosas porque cientos de dedos aceitosos las han tocado, es hablar de dependientes de videoclub (yo fui uno) que van de cinéfilos expertos y aman a Chuck Norris. Hablar de Al borde del abismo es hablar de cine antiguo, no retro, sino antiguo con cierto aire caspas.

Para empezar, me muero si no lo digo, menuda cara de pan que tiene Sam Worthington en esta peli, corre el riesgo de convertirse en un nuevo Russell Crowe, ahí lo dejo. No pienso hablar de esta película de una manera normal, ya que no me parece normal algunas cosas que he oído de ella: he oído de esta peli que tiene un ritmazo y una tensión increíbles, bueno he visto más tensión en un dramón de época de Manoel de Oliveira de tres horas, porque empieza bien con el rollito del tío en la cornisa y ver que hay detrás, luego viene un sobrante flashback de hace algo así como diez minutos antes y luego sigue el film donde intentan descubrir algo que se huele hasta el que vende las palomitas del cine, bueno pero tiene cierto ritmo a mitad y al final, que ahí se crece la peli y la verdad que mola.


He oído de Al borde del abismo que es un thriller ejemplar de los pies a la cabeza aunque no se salga de la lineas del thriller tradicional; a mí no me lo parece, si te engancha es probable que te mantenga en tensión y que quieras que el personaje de Worthington se salve pero si no te engancha posiblemente quieras que tropiece y se caiga y por fin haga algo decente en su carrera de actor, si en algo estoy de acuerdo con esto es que no se sale ni un pelo de los topicazos del género y que te hueles los giros del argumento de lejos, en fin factor sorpresa 0. Y por último he oído no me acuerdo donde que es un film de género puro y duro con aires Hichtcokianos, me meo de la risa; si por algo serán recordadas las pelis del maestro es porque siempre se guardaba un as en la manga para dejarte picueto al final, pero aquí, aquí se nos muestran las cartas desde el principio y no hay tensión, no hay interés, solo ver a unos tíos ir de aquí para allá, un robo y Ed Harris con cáncer terminal, porque sí, tiene más cara de muerto que en Las horas.


Bueno y de los actores, antes ya he mencionado a Worthington que me cae bastante mal porque es un actor palo, siempre con las mismas caras y los mismos gestos, no me convence nada su rollo. Pero por ahí también andan Jaime Bell, sí el de Billy Elliot que protagoniza junto a Génesis Rodríguez (la hija del Puma, el cantante no el animal) unas escenas de robo de comedia de John Candy y Chevy Chase que dan pena, son algo así como el paréntesis gracioso a tanta tensión y sus escenas no cuajan, ni siqueira ellos como pareja no cuajan nada; luego están Elisabeth Banks y Edward Burns (¿Alguien se acuerda de este tío?) haciendo de los polis menos creíbles del mundo y viendo en sus caras que esta peli no les gusta.

Pues para despedirme solo deciros que la parte final no está mal y el arranque tampoco pero que en el centro, donde debería estar toda la tralla gorda solo hay botezos y eso no es bueno en un film tenso de cojones como se supone que es este.

5/10

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