martes, 4 de junio de 2013

360. JUEGO DE DESTINOS.


El último film de Fernando Meirelles quiere ser un puzzle con sentido sobre el amor y acaba siendo una maniobra tramposa sobre historias sin terminar.

En este nuevo film, Meirelles, director entre otras de El jardinero fiel y Ciudad de Dios, películas imprescindibles, juega a ser Guillermo Arriaga, enrevesando historias vacías, uniéndolas de una manera demasiado cogida por los pelos para crear una gran historia de personas. El resultado es bien diferente, sí juega a ser Arriaga, cuyos guiones para González Iñárritu suelen jugar a las historias cruzadas, pero a Meirelles no le sale bien, las historias que cuenta no son lo suficientemente atractivas para mantener mi atención y si lo que busca es que todo cuadre y que salgas del cine diciendo: "que cabrón, como lo ha unido todo" no lo consigue.

Tiene personajes potentes, como el de Jude Law, cuya historia se queda a medias, la de Rachel Weisz se soluciona en dos escenas y la de Anthony Hopkins, que está de maravilla no me cala lo más mínimo, de hecho esta última, como un par de historias más del film sirven más como nexo que como historias propiamente dichas y eso falla, se presta más atención a la historia que transcurre en Viena, que abre y cierra el film que al cuidado del resto de personajes.

Pero también tiene la película una fotografía espectacular, muy propia de Meirelles y una dirección fabulosa, si bien a ratos no se sabe muy bien que dirige, Meirelles cuando se pone serio lo hace muy bien.

No es un gran film, ni siquiera un film normalillo de historias cruzadas como los de González Iñárritu pero sí es una película bien interpretada por unos actores que hacen lo que pueden con el pobre material del que disponen.

6/10


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