Con motivo del estreno de la tercera y última entrega de la saga he decidido volver la vista atrás y ver como empezó todo allá por 2009 con una comedia de la que no se esperaba nada y que barrió en el mundo entero, Resacón en Las Vegas.
"Hay gente que no está hecha para Las Vegas" así rezaba la frase promocional de la película, una comedia sin pretensiones que nació para hacer reir sin pensar en la verdadera locura que desataría con ella. La historia recordaba mucho a la emblemática Despedida de soltero que protagonizó Tom Hanks en los ochenta, solo que si allí vivíamos la noche en si misma aquí vivimos la mañana siguiente, la resaca y las consecuencias de una noche de locura. Su director, Todd Phillips, que por aquel entonces había realizado la regulera Starsky & Hutch o Aquellas juergas universitarias volvía a la carga con una comedia loca, con unos actores no muy conocidos y con una historia que prometía risas a más no poder. En principio.
Porque si urgas un poco en la historia de Resacón en Las Vegas encontrarás una historia de amistad, de madurez y de búsqueda de identidad, aspectos que se repiten en la siguientes dos entregas, es la comedia de tíos elevada a su máximo exponente. Si las comedias de Judd Apatow y toda la tropa rascaban la amistad entre hombres mucho más profundo de lo que nunca antes habíamos visto, Resacón se metía a fondo, entre gag y gag de enseñarnos que los hombres somos muy enrevesados y que, aunque de un modo cómico te estás comiendo una reflexión muy profunda sobre los hombres.
Y aunque hoy en día los conocemos como si fueran nuestros primos, por aquel entonces no nos eran familiares ni Stu, ni Alan, ni Phil, ni Doug (el blanco y el negro), ni Chow y en ese aspecto este film tiene un gran mérito y es presentarnos tan bien a unos personajes perfectamente dibujados para que nos caigan bien y simpaticemos con ellos y con lo que les pasa, lo que hace que el film sea aún más completo y una experiencia cómica más allá de la simple carcajada.
Resacón en Las Vegas fue el principio de todo, no solo de una saga multimillonaria, sino un nuevo modo de hacer comedia, que si bien Apatow y compañía ya había alquitranado el camino para ello, Phillips y los resacosos pintaron las lineas y pusieron las señales que se debían seguir para hacer un cine con mayúsculas.
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